Las primeras actuaciones por parte del equipo de la Universidad Autónoma de Barcelona tuvieron lugar entre finales del 2008 y principios del 2009. En estos meses se realizó un reconocimiento general del terreno mediante técnicas de prospección sistemática superficial y geofísica. La documentación superficial del terreno a través de la fotografía aérea (mediante un zeppelín con cámara incorporada) y la recogida de material arqueológico en superficie permitió registrar los sectores afectados por las rebuscas clandestinas, así como caracterizar la densidad sectorial de materiales de cara a la selección de nuevas áreas de excavación. Además, el entorno de La Bastida fue objeto de prospecciones geomineras, fundamentalmente en la zona de Los Picarios, a fin de localizar los recursos minerales cercanos al yacimiento. Durante los tres primeros meses del 2009 se procedió a la limpieza y, en su caso, la “reexcavación” de la zona donde se concentraron las excavaciones de mediados del siglo XX.

En marzo se abrieron nuevas zonas de excavación colindantes al norte y al nordeste con el sector excavado entre 1944 y 1950. En los 2533 m2 excavados hasta el momento se llegó a recuperar una treintena de ámbitos arquitectónicos y unas 43 tumbas . Una vez concluida la excavación del piedemonte, el equipo de restauración emprendió una campaña de varios meses con el fin de consolidar todas las estructuras expuestas. Estas actividades se enmarcan en el programa de musealización del yacimiento, que mostrará los restos arqueológicos en las mejores condiciones de accesibilidad y preservación.

Vista de La Bastida desde el sudeste
Imagen de las excavaciones
Vista desde el sudeste. En el centro de la imagen la zona excavada entre 1944-1950
Imagen fotogramétrica 3D del yacimiento de La Bastida (Habitat - Serea, S.L.)