• Clarisa Millán resume en 1949 las actividades realizadas por el Seminario de Historia Primitiva del Hombre en los municipios de Totana y Aledo, destacando especialmente las intervenciones en La Bastida.
  • El marco del estudio sobre los contextos funerarios argáricos que publica Beatrice Blance en 1971, la autora retoma los ajuares de algunas de las tumbas excavadas por Martínez Santa-Olalla. Se trata de un estudio tipológico en el que se intenta relacionar formas de enterramiento determinadas con tipos artefactuales específicos (objetos metálicos, recipientes cerámicos etc). A raíz de este estudio, Blance concluye que el doblamiento de La Bastida comenzó en momentos avanzados del periodo argárico.
  • En 1983 Vicente Lull, profesor de prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona, realizó una valoración cronológica y económico-social a partir de los datos publicados de La Bastida. Este reestudio de los datos arquitectónicos y estratigráficos puso de manifiesto, entre otros, que las construcciones descubiertas no fueron contemporáneas entre sí, sino que correspondían a dos fases estratigráficamente diferenciadas. Destacó también que el hecho de enterrar a los difuntos bajo los pisos de las viviendas denota un claro sentido de la familia y vinculación a ésta. El análisis de los ajuares e instrumentos de trabajo hallados en La Bastida y otros yacimientos le llevó a concluir que El Argar fue una sociedad estratificada.
  • Manfred Kunter incluye en su trabajo de 1991 sobre los restos humanos argáricos del legado Siret, los esqueletos de las 13 tumbas excavadas por éste en 1886, realizando un estudio antropológico de los mismos.
  • Hermanfried Schubart y Herman Ulreich redibujan y recopilan información en 1991 sobre las 13 tumbas y otros objetos de procedencia indeterminada excavados por Siret en La Bastida a partir de la documentación contenida en sus cuadernos.
  • En 1992 se publica el trabajo sobre una colección de recipientes cerámicos recuperados en las excavaciones antiguas de La Bastida, con motivo del estudio que realiza Mª Magdalena García López. Este estudio aplica análisis estadísticos a los rasgos morfológicos de la cerámica procedente tanto de contextos habitacionales como funerarios. Adicionalmente se adjuntan los resultados de un análisis arqueofaunístico donde se describen las especies representadas en el depósito arqueológico.
  • El libro de 1997 sobre la prehistoria e historia antigua de Totana recoge, entre otros, una recopilación de noticias de aficionados lugareños sobre el yacimiento de La Bastida. A través de este trabajo se le concedió a su autor, Pedro Martínez Cavero, el Premio Alporchón de la villa de Totana.
  • En la monografía sobre Fuente Álamo del 2000 Hans-Gert Bachman publica los resultados del análisis sobre tres escorias halladas en el yacimiento. Estos análisis coinciden con los resultados a los que llegó Inchaurrandieta y confirman definitivamente su composición de galena.
  • La única fecha de C14 procedente de La Bastida fue publicada por Eiroa y Lomba en un artículo presentado en el 1997/98 sobre fechas radiocarbónicas de la región de Murcia. Se trata de una muestra de material indeterminado recogida en superficie que fue realizada por M. Walker: SUA-1180A: 3560+-180 bp (1610+-180 ane).
  • En el 2005 Mª M. Ayala presenta un artículo sobre un bloque pétreo de grandes dimensiones y cubierto de “insculpturas” que fue hallado por el equipo de Martínez Santa-Olalla. El análisis morfométrico que realiza sobre el bloque y la composición de cazoletas y ranuras talladas en una de sus superficies le lleva a concluir que se trata de una estela en la que se representó “un ámbito geográfico conocido y/o relacionado por las gentes del poblado”.
  • El Homenaje que dedica la revista Caesaraugusta a Antonio Beltrán en 2008 reproduce una descripción que él mismo hizo sobre algunos hallazgos que albergaba el Museo de Cartagena cuando era director de esta institución. En ella se menciona la presencia de “restos argáricos de La Bastida” así como de “tres vitrinas con falsificaciones de los gitanos de Totana, “El Corro y el Rosao”.